miércoles, 20 de enero de 2010

JOSÉ LÓPEZ SÁEZ - INVESTIGADOR

Extractado de El Mundo – Suplemento Crónica 413 (14/9/2003)- José Manuel Vidal.

Jesús López Sáez es uno de los mejores especialistas españoles, en catecumenado de adultos.
Nacido en Aldeaseca (Avila), el 12 de abril de 1944, está licenciado en Filosofía y Letras, Teología y Psicología.

Tras estudiar en Salamanca, Roma y Madrid, entró a formar parte de Los Fontaneros de Añastro, sede de la Conferencia Episcopal y nombrado responsable de catequesis de adultos del Secretariado Nacional.

Además es fundador de la “Comunidad de Ayala”. En 1973, en la Parroquia del Cristo de la Salud (calle Ayala, 12), fundó la comunidad que lleva el nombre de la calle.
Allí, junto a un grupo de cristianos “insatisfechos del cristianismo convencional”, busca “en la experiencia de las primeras comunidades cristianas, vivir hoy la renovación de una Iglesia que, siendo vieja y estéril, podría volver a ser fecunda”.
De nueve fundadores, el grupo se ha convertido en un movimiento que aglutina a unas 2.000 personas cuyo objetivo es “promover la escucha de la Palabra de Dios en el fondo de los acontecimientos personales, sociales y eclesiales, al tiempo que se van creando grupos de inspiración catecúmena y comunitaria”.
Todos son una piña en torno al fundador. Nunca estará solo ni en esto ni en nada. La comunidad le responde por completo”, dice tajante el vicepresidente de la asociación, Jesús Martín.

Con la investigación de lo sucedido hace 25 años, se pretende, en opinión de Martín, “recuperar la figura de un Juan Pablo I mártir”.

De hecho, en el salón en que se reúnen hay un retrato pintado de aquel Papa Luciani, y dos mapas grandes, uno de España y otro del mundo entero.
En ambos, señalados con chinchetas rojas y azules, figuran los cien equipos de la Comunidad de Ayala, que se ubican en Madrid, Segovia y Canarias, en España, pero también en Cuba, EEUU, México, Colombia, Argentina, Japón, Irán y Taiwán.
Esta comunidad está alejada de los movimientos neoconservadores, que copan el poder en la Iglesia. Es la comunidad de don Jesús.

Y él, Jesús López Sáez, es el cura que “Pide cuentas a Juan Pablo II”. Por no haber hecho nada, ante la muerte del “PAPA DE LA SONRISA”, “UN MÁRTIR”.


Extractado de El Mundo – Suplemento Crónica 413 (14/9/2003)- José Manuel Vidal.
Fuente: www.comayala.es.

LA MUERTE DE DIANA DE GALES





“PRINCESA DE CORAZONES”




El 31 de Agosto de 1997, en varios diarios mundiales, se daba a conocer el accidente de la Princesa Diana de Gales, en París.







París, 31 ago (EFE).- La princesa de Gales, Lady Di, se encuentra en "estado muy grave" y fue trasladada al servicio de reanimación del hospital de la Pitie Salpetriere, informaron hoy, domingo, fuentes médicas.
Lady Di sufre traumatismo craneoencefálico, fractura de un brazo y heridas graves en una pierna.
El príncipe Carlos, de Inglaterra, fue informado ya del gravísimo accidente sufrido por su ex esposa.
El amigo de la princesa, el multimillonario egipcio Dodi Al- Fayed, falleció instantáneamente en el accidente, ocurrido en el túnel del puente del Alma, en París, al igual que el conductor del vehículo Mercedes 600.
El ministro francés del Interior, Jean-Pierre Chevenement, el jefe de policía de la prefectura de París, Philippe Massoni, y varios diplomáticos británicos, se encuentran en el hospital a la espera de nuevos informes de los médicos.
El lugar se encuentra fuertemente acordonado por la policía, que impide el acceso al lugar.

Y en Londres, se comunicaba al pueblo la muerte de la PrincesaLondres, 31 ago (EFE).- Diana, princesa de Gales murió hoy, domingo, en Francia tras sufrir un grave accidente en compañía de su amigo, Dodi Al Fayed, según supo de fuentes británicas la agencia local "Press Association".
La ex esposa del heredero de la corona británica sufrió un grave accidente en el puente del Alma, en París, cuando eran perseguidos por unos "paparazzi”.
Además de ella murieron su amigo de origen egipcio, Dodi Al Fayed y el conductor.
El único que quedó con vida fue un escolta de la princesa.

La casa real británica adoptó un tono de frialdad ante su fallecimiento, mientras que los hijos, Guillermo, de 15 años, y Enrique, de 12, permanecían con la familia de su padre sin aparecer públicamente.
Muchos británicos, a través de sus medios de comunicación, censuraron esta conducta y obligaron a que el viernes, un día antes del funeral y entierro de la princesa, la reina Isabel II se dirigiera a la nación para ensalzar a lady Di y expresar su dolor.
Desde París el cadáver había sido trasladado al palacio de Kensington, su residencia oficial, donde se instaló la capilla ardiente.
Durante casi una semana los británicos fueron creciendo en su afecto a la princesa fallecida y espontáneamente crearon un cordón de seguimiento de los actos que se celebraron hoy de casi 150 kilómetros y, según la policía, seis millones de personas El cuerpo de lady Di salió a las 08,10 GMT a paso lento de Kensington sobre un armón de artillería, cubierto con el estandarte real y llegó casi dos horas después a la Abadía de Westminster para la ceremonia religiosa
previa a su inhumación.
Un impresionante silencio, sólo roto por sollozos y una campana que sonaba cada minuto, se vivía en Londres al paso del cortejo.
Cuando la comitiva alcanzó a la altura del palacio real de Buckingham, se incorporaron a ella los dos hijos de Diana, Guillermo y Enrique, su padre el príncipe Carlos, el duque de Edimburgo, y el hermano de la princesa, el conde Charles Spencer.
Una gaita solitaria rompió el silencio de entonces al interpretar el "Lamento Escocés", y muchas personas gritaron "Adiós, Diana, que Dios te bendiga".
La reina Isabel II de Inglaterra, llegó poco después a la Abadía de Westminster, donde la esperaban la reina madre y el príncipe Eduardo.
En el momento en que salió la reina de su palacio de Buckingham se arrió la enseña real y se izó a media asta la bandera británica, algo que no ocurre ni con la muerte de los reyes, pero reclamado insistentemente por los ciudadanos, que acogieron con aplausos este gesto real.
Terminado el oficio religioso, realizado en la Abadía de Westminster por el arzobispo de Canterbury, el féretro de Diana de Gales partió con destino al pueblo de Althorp, en un largo camino en el que esperaban buena parte de esos seis millones de británicos.
Lanzaban tantas flores al vehículo mortuorio que el conductor tuvo que parar para quitarlas del parabrisas.
Cuando llego el féretro, las puertas de la entrada de la finca de los Spencer, se cerraron y Lady Di fue llevada hacia su isla, un lugar que la familia Spencer teme que se convierta en un lugar de turismo o peregrinación, por lo que piensan abrirlo a los británicos en contadas ocasiones al año.
Nació así el mito de la "Princesa del Lago" como se le llama con anterioridad.

Hay demasiados puntos oscuros en torno a la muerte de Diana y su amigo el multimillonario egipcio Dodi Al fayed, ocurrida el 31 de agosto de 1997 cuando el vehículo Mercedes en el que viajaban se estrelló contra un pilar de un paso subterráneo junto al puente parisiense del Alma.
Según algunos periódicos, "las crecientes teorías sobre una conspiración, que los investigadores se niegan a desmentir, están vinculadas con una serie de extrañas coincidencias y acontecimientos no aclarados relacionados con el accidente mortal de París".
Entre otras cosas, se preguntan por qué algunos testigos se habían abstenido de declarar ante el juez, o cuál era la razón para que se haya comisionado a un segundo magistrado en la causa y qué papel desempeñaba.
Llamaba la atención también, el hecho de que se haya desestimado por "extravagante" la declaración del testigo británico Gary Hunt, quien no ha sido llamado a declarar pese a que se ofreció a hacerlo voluntariamente.
También, se preguntan por qué se tomó con tanto retraso la declaración a los empleados del hotel Ritz de París, donde la pareja cenó por última vez.
También, por qué se denegó a la familia un segundo análisis "postmorten" al cadáver de Henri Paul, el chofer francés que conducía el coche en el que viajaban Diana y Dodi y que también resultó muerto en el impacto.
Otra interrogante es "cuál fue la implicación, si es que hubo alguna, del servicio secreto británico (MI-6) en el seguimiento de los movimientos de Diana durante su estancia en Francia".

El periódico “The People” por ejemplo barajó cinco teorías relativas a otros tantos hipotéticos motivos para asesinar a Diana.
- La primera se refiere a una conspiración por parte de la industria de armamento, dado el compromiso de Diana en la campaña de erradicación de las minas contra personal y en su papel como embajadora oficiosa de paz.
- La segunda es que es posible que ciertos sectores de la clase dirigente británica no vieran con buenos ojos la relación de Diana y Dodi, pues no podían aceptar que éste, árabe y musulmán, fuera en su día el padrastro del príncipe Guillermo, en su momento futuro rey de Inglaterra.
- La tercera y relacionada con la anterior, es que sugiere que el MI-6 sentía temor ante la relación de Diana y Dodi, dados los vínculos de parentesco de la familia Al Fayed con el traficante de armas saudí Adnan Kashogui, así como sus buenas relaciones con la familia real de Arabia Saudí.
- Una cuarta teoría, mucho más propia de ciencia ficción, es el hecho de que la muerte de Diana estaba escrita en las estrellas y coincidió con un cambio traumático en su carta astral.
- Por último, como quinta teoría, dicen que los hipotéticos asesinos de Diana pudieron haber utilizado una pequeña bomba-lapa conocida como "Blockbuster", que se acciona por control remoto y que se inventó en el Reino Unido para la lucha antiterrorista, hasta el punto de que ha sido utilizado por las fuerzas especiales británicas (SAS), así como por los servicios secretos MI-5 y MI-6, comenta el periódico.

Según datos que llegaron a los periodistas, Diana dijo una vez: "Cualquier día, mientras viajo en helicóptero, éste saltará por los aires. El MI-6 me habrá eliminado".

En Madrid, el 29 dic (EFE).- Dan un informe que demuestra el embarazo de la Princesa de Gales al morir. "Interviú" desvela en exclusiva un informe, elaborado por el Hospital Pitié-Salpetrire de Paris según el cual "Madame Diana Frances Spencer" se encontraba en "estado de gestación de 9 o 10 semanas " en el momento de su muerte, la noche del 30 de agosto en la capital francesa.
Según la revista, el Gobierno francés ocultó las pruebas "para evitar que la opinión pública pudiera pensar que la princesa había sido asesinada", después de que el propio Ministro del Interior francés, pidiera un análisis específico del cadáver.
El informe, dice "Interviú", fue remitido también a los Ministros de Exteriores y Sanidad, así como a la Brigada Criminal de París.

Este dato fue negado, sólo, por qué no querían que se pensara que había sido asesinada, o, porque a los franceses, les convenía junto con las autoridades británicas dejar el tema en un accidente, por haber ayudado de alguna forma? Buenas relaciones internacionales? Porque, simplemente mirar para el costado, es ayudar en el crimen. Qué obtendrían a cambio?

Otro testigo confiable y que no fue tenido en cuenta, fue, el Dr. francés Frederic Mailliez, que llegó por casualidad a la escena del accidente. El Dr. Mailliez comenzó a tratar a Diana lo mejor posible. Él proveyó a princesa Diana de oxígeno, antes de que la “emergencia móvil” llegara y la metieran en la ambulancia. Él indica que “Diana estaba bajo shock, pero no tenía ninguna lesión visible”. “Diana, estaba en el asiento derecho trasero y estaba levemente herida”.
Por otra parte, una mujer francesa, que iba conduciendo en la misma dirección que el coche de Diana, pero detrás de ellos, dijo a varios de los paparazzi (que fueron encarcelados en primera instancia), que ella había visto un destello cuando el auto de Diana entró en el túnel, lo que la hizo a ella detenerse a la entrada del túnel, segundos antes del choque. A los pocos días murió atropellada, pero nunca fue llamada a declarar a pesar, de que los paparazzi la nombraron como testigo.
Al no dar pie al estudio de estas informaciones, se casi confirma la teoría del uso por parte de los MI6 de una luz estroboscópica en el túnel para causar la colisión cegando al chofer y por supuesto que el Dr. Mailliez llegó a dar los primeros auxilios, antes de la gente que supuestamente debía terminar el trabajo comenzado por los MI6. Pues cómo se explica, que en la ambulancia que la trasladaban al Hospital Pitié-Salpetrire (que no era el más próximo) la mantuvieron por más de una hora, parqueada en la calle y a pocos metros de un hospital. Necesitaban que llegara sin vida? Es lo único que un cerebro normal, pensaría.

Nuevos datos plantean nuevos interrogantes. Si en un primer momento se acusó a los periodistas de causar la muerte de Diana, el juicio celebrado en Francia disipó esta sospecha. Sin embargo, con ésto se dejó, un nuevo cabo suelto, ya que durante el juicio se habló de un misterioso Fiat Blanco, que provocó el accidente y se dio a la fuga.
La hipótesis de que Diana pensaba convertirse al Islam no es nueva. Diana ya estaba preparada para convertirse al Islam, poco antes de su muerte. Nahid Khan, amigo de Diana, declaró a varios medios que "todos sabían que ella quería casarse con Dodi, pero él creía que esto era imposible.... Ella quería convertirse en musulmana y declaró que había tomado una decisión que sorprendería al mundo entero".
Otra de las amigas íntimas de Diana, Simone Simons, confirmó también que la princesa tenía la intención seria de convertirse al Islam e incluso, declaró a un periódico londinense, que Diana tiempo atrás le había confiado que había pensado en embarazarse.
La posibilidad de que la conversión se hubiese producido y que con su muerte, se trató de impedir que dieran a conocer el hecho, considerado escandaloso por la monarquía británica, en un país donde la corona está estrechamente vinculada a la Iglesia Anglicana, es muy potente.
Es sabido el hecho, de que el mismo día de su asesinato, Diana y Dodi, visitaron una mezquita de París.
El secretario de la princesa, Paul Burrell, entregó una carta que Diana le entregara días antes de su muerte, en la que Diana expresaba su temor ante lo que más tarde se confirmaría. En ella le decía: "Esta fase particular de mi vida es la más peligrosa. Mi esposo, está planeando “un accidente” de mi vehículo, una falla de los frenos y graves lesiones en la cabeza."

Nadie puede hacer lo correcto y descifrar la gran cantidad de información que se tiene en las manos y que llevan a dar como veredicto el contrario a lo que las declaraciones oficiales han puesto a conocimiento de la población mundial.

Porque la persona de Diana de Gales “Princesa de Corazones” no le pertenece a los británicos y mucho menos a la monarquía británica, le pertenece al mundo entero, que lo demostró, con el llanto desconsolado de toda su población, al saber de la muerte de “SU PRINCESA”.


Fuentes:
http://verdade.no.sapo.pt/
http://www.webislam.com/

CARLOS GARDEL

A LA LUZ DE LA HISTORIA

Cuentan que la historia de la nacionalidad de Carlos Gardel comenzó el día en que un hombre fundamental dentro de la historia del tango, el músico, compositor y director de orquesta argentino Julio De Caro, le manifestó al periodista uruguayo Erasmo Silva Cabrera (Avlis), ¿cuál era la razón por la que los uruguayos no reivindicamos nunca la nacionalidad del cantante, quien había nacido en Tacuarembó y no en Francia, como se sostenía especialmente en Buenos Aires?.

Esto sucedió hace más de cuarenta años y a partir de allí, Avlis comenzó en forma entusiasta, por momentos desordenada y a veces a los ponchazos y ante el escepticismo de muchos, la búsqueda de una documentación y los elementos necesarios que sirvieran para acreditar que Gardel había nacido en nuestro país y que era hijo del jefe político de Tacuarembó, el coronel Carlos Escayola, y de María Lelia Oliva, primero cuñada y después su tercera esposa.

Esto quedó reflejado en el libro “El gran desconocido”, hecho por Silva Cabrera y fue el comienzo de una investigación que en forma más rigurosa y ordenada llevaron adelante y plasmaron en libros posteriormente, el abogado y periodista Eduardo Payssé González, “Páginas abiertas”; el arquitecto Nelson Bayardo, “Vida y milagros de Carlos Gardel” y “Dos rostros para Gardel”; junto con el aporte de la joven María Selva Ortiz, “El silencio de Tacuarembó” y de Susana Cabrera, “Los secretos del Coronel”.

Quien siga atentamente las lecturas de estos trabajos, sentirá reflejarse en forma prolija y ordenada las tareas de investigación de todos ellos.

Ahora el arquitecto Nelson Bayardo, en su último trabajo, “Gardel a la luz de la historia”, arremete con más documentación y con una elocuencia contundente para demostrar con argumentos serios, de investigador riguroso y sin apasionamientos que lleven a subjetividades, los hechos más importantes sobre la personalidad de quien fuera en sus inicios un cantor de cafés y bodegones, con una niñez trágica y miserable hasta convertirse en una estrella de la Paramount en Hollywood.

En forma definitoria, en este libro queda destruida la tesis del Gardel francés, llevada adelante por un siniestro personaje, el apoderado Armando Defino, quien llega a adulterar documentación y manipula historias, con el mezquino interés de cobrar los dineros que generaron los derechos de autor del cantante.

Con una detallada información y una abundante documentación, Bayardo aborda el misterio de su vigencia, el mito, su voz, pero fundamentalmente sus orígenes, su nacimiento clandestino en una estancia de Tacuarembó, su niñez marginal, su juventud al borde del delito. Nos presenta a un Gardel más humano, no tan perfecto, ni tan edulcorado como, durante años, nos brindaron en una "historia oficial" que llevó, de esa forma, adelante la idea de la identidad civil de un niño nacido en Francia.
El autor demuele esa leyenda junto con la historia de la casa de Toulouse y lo hace con un solo objetivo y un solo interés: el respeto a la verdad.
Con las pruebas en la mano demuestra toda la manipulación interesada del "Gardel francesito". Pero el gran mérito de Bayardo radica en no dejar lugar a dudas en cuanto al nacimiento del cantante y lo hace sin adoptar posiciones de falso nacionalismo.
El autor remarca que la patria artística de Gardel es Buenos Aires, la ciudad que le dio trascendencia, fama y oportunidades para llegar.

Aun cuando esta posición seguirá generando más polémicas entre aquellos que tercamente siguen sosteniendo la teoría levantada por Defino junto a la de los argentinos y la de los franceses, estos últimos perderían esa nacionalidad de Gardel de la que se han apropiado.
En una prolija edición, de Biografías Aguilar, Banco de Boston, en sus 302 páginas se incluyen bibliografías, fotografías, facsímiles de notas periodísticas, un apéndice para investigadores y documentos varios.
El autor dedica el libro en homenaje a Erasmo Silva Cabrera, verdadero precursor del Gardel tacuaremboense y los derechos de autor los cede al Centro de Rehabilitación y Recreación Carlos Gardel, dependiente de Instituto Nacional del Menor.
Decía el autor de la nota, Ruben Borrazás, el 24 de Junio de 2000 también en La República, “debe de haber mucho de cierto en aquella confesión del escritor Juan Carlos Onetti a Alfredo Zitarrosa: "Poné que Gardel es el hecho cultural más importante que Uruguay le dio al mundo".

Artículo escrito por Ruben Borrazás,
en La República del 16 de enero 2001

Fuente: http://www.chasque.ne

CARLOS GARDEL

REIVINDICACION DE CARLITOS Y DE CHARLES

(Extractado de Internet: TIEMPO DE TANGO Boletín de la Secta del Cuchillo y del Coraje - Nº 5 - Colombia)
Artículo escrito por Nelson BAYARDO

Por citar un caso, Manuel Sofovich, crítico y periodista, íntimo de Gardel, estuvo en el festejo del cumpleaños de éste en París en diciembre de 1933, y relató en tres oportunidades en su diario Noticias Gráficas (septiembre 9/53, marzo 24 y 25/60) la misma anécdota, pero con variante estilo. Dice textualmente que, en determinado momento, Gardel le dijo: "Pibe, ¿te das cuenta lo que es cumplir 49 años?". Y para que no queden dudas de error de imprenta, señala al final que “con un cognac Napoleón festejaron, los juveniles 49 años de Gardel” (Noticias Gráficas, Buenos Aires, septiembre 9/53).
Y por si fuera poco, en sus artículos de 1960, dice exactamente que el año de nacimiento de Gardel, fue por tal en 1884.
Lo que no explicó Sofovich, adicto a la tesis de “Gardel francés”, fue cómo si Gardel cumplió 49 años en 1933, murió luego a los 44, dos años después en Medellín. Y no aclaró cómo compagina, que un hombre nacido en 1884, vuelva a nacer, como dice el llamado “testamento de Gardel”, en 1890.

La explicación, muy sencilla pero que no se quiere ver, viene por el lado de que el testamento, fue una vulgar defraudación al fisco argentino, donde se nacionalizó Gardel, para que Berthe Gardès, pasando por madre biológica del cantor, se quedara con su herencia.

Lo grave del hecho radica en la existencia de por lo menos 16 testimonios análogos, que reproducidos facsimilmente por este autor en varias de las publicaciones realizadas en el diario El País de Montevideo, con el nombre del diario o libro respectivo y fecha exacta de publicación para consultarse en fuente directa si se desea, verifican exactamente lo mismo: la absoluta imposibilidad de que Gardel haya nacido en 1890 y sea por tal el francés del testamento. Y por citar algunos de estos testigos: Cátulo Castillo, Terig Tucci, Pancho Martino, Hugo Mariani, Isabel de Valle, Máximo Sanz (Last Reason), Esteban Capot, etc., hasta llegar a dieciséis. Y ninguno de ellos es adicto a la tesis uruguaya y sus publicaciones, fueron hechas en reportajes o notas firmadas por sus autores, en diarios argentinos. No obstante, la “historia official” sigue imperturbable.

Más grave aún, es la situación desdorosa en que quedan las víctimas: Charles Romuald y Carlitos. Como se sabe, Charles Romuald es sí francés y fue el comodín usado en el testamento, en tanto hijo real de Berthe Gardès, para apropiarse de los bienes de Gardel en su herencia.

Para descalificar la real nacionalidad uruguaya de Gardel, se dijo que siendo Charles Romuald Gardès su verdadero nombre, era un “desertor de guerra” (“un delincuente en fuga” como recientemente ironizó Ricardo Ostuni en su libro “Repatriación de Gardel”). Ostuni es Vicepresidente de la Academia Nacional del Tango, de Argentina y por tal libre de sospechas de "uruguayismo". De rebote, si Gardel era Charles Romuald quedaba de hecho transformado en traidor a su patria. No es poca cosa.

Pero ni siquiera al pobre Charles Romuald le cabe tal definición, por razones objetivas e irrevocables. En primer lugar, no estaba bajo banderas y por tal, mal puede ser desertor, pero la infamia llega a su límite cuando se sabe que “no figuró jamás en los padrones militares franceses” y por si fuera poco, dada su condición de hijo único de madre viuda, residente en país de ultramar, quedaba de hecho excluido de la pretendida obligación que le imponía la «historia oficial». Pero además, vaya detalle, ¡no era Gardel!

La “historia oficial” sostiene a Berthe Gardès como madre biológica del cantor y según la misma “historia oficial”, Gardel era un “hijo amantísimo” y sobre tal hecho ha elaborado un verdadero novelón sobre el ídolo.

Pero la Historia, aquí la verdadera, tiene una tozudez insoportable para quienes la deforman. Y la historia nos muestra que el 8 de octubre de 1920 (expediente 10052 radicado y a la vista en el Consulado Uruguayo de Buenos Aires) Gardel se registra allí como “uruguayo” y dice que sus padres son “Carlos” y “María”, “uruguayos y fallecidos ambos.

Es obvio que Gardel, a quien no se pretende presentar como un modelo de conducta, no tenía nada de monstruoso para dar por muerta a su madre: simplemente no era hijo de Berthe Gardès, al punto que Gardel lo negó en toda su documentación (salvo en su libreta de enrolamiento pero castellanizando su nombre, Berta y dándole su propio apellido, Gardel). No viajó jamás con ella a Europa, no se fotografió jamás junto a ella y como lo señala un testigo insospechable en esta materia, Edmundo Guibourg, no vivía con ella. La “historia oficial” fraguó una foto donde Gardel mira el retrato de su “madre” de un modo tan torpe que la sombra, de manera absurda, corre hacia la luz..

Berthe Gardès fue efectivamente la mujer francesa que crió a Gardel cuando le fue entregado en su niñez, al ser producto de una muy escabrosa relación entre el Coronel Carlos Escayola, Jefe Político de Tacuarembó y su cuñada María Lelia Oliva, agravando el hecho no sólo que su mujer vivía, sino que la joven era menor de edad y ahijada suya. La naturaleza del hecho obligó a su férreo ocultamiento, no sólo porque minaba la autoridad y el prestigio social y familiar del Jefe Político, sino porque constituía una mancha para el régimen dictatorial que por entonces regía en Uruguay a cargo del General Máximo Santos. Así fue, que se aplicaron brutales represiones a todo aquel que osara mencionarlo, quedando su conocimiento reducido a círculos cerrados muy íntimos.

Si el fruto de la relación no hubiera sido Gardel, la historia hubiera quedado enterrada definitivamente, pues al terror inicial se fue sumando al paso del tiempo. Pero un periodista, Erasmo Silva Cabrera (Avlis), hacia 1960, casi 80 años después, comenzó una paciente investigación y logró desenterrar “la vieja historia de Tacuarembó”, que todos conocían pero de la cual ya nadie hablaba. La perfecta verificación de la misma, llega por el famoso Registro 10052 de 1920.
Allí, Gardel, como buen artista, aprovecha y se saca años para no aparecer mayor que su compañero artístico Razzano y toma el mismo año de nacimiento que éste: 1887. Y al dar el nombre de sus padres, Carlos y María, uruguayos y fallecidos ambos (en 1915 y 1905 respectivamente) y el lugar del hecho, Tacuarembó, no hace más que reproducir con exactitud “la vieja historia enterrada en Tacuarembó” y que se descubrirá 40 años después de dicho registro.
Por otra parte, crónicas del diario El Tiempo del 24 de junio de 1915, en épocas en que Gardel era un total desconocido y al hacer su debut profesional en Montevideo y por tal no había el menor atisbo de polémica, lo ubican como “joven compatriota” y el propio Gardel, en reportajes que se le hacen en 1930 y en tres oportunidades en octubre de 1933 (diarios La Tribuna, Imparcial y El Telégrafo de Paysandú), ratifica lo mismo y con una llamativa persistencia, sólo explicable por un oculto origen que seguramente le taladraba al ser preguntada su nacionalidad, repite siempre: “nacido en Tacuarembó”.
Por tal, no es un hijo desalmado, simplemente, es un hijo abandonado.

Dejemos que hoy en día la “historia oficial” disfrute inventándole “padres franceses” a Gardel (hasta ahora, documentadamente, van ya cuatro diferentes), una hermana “francesa”, oculta 61 años, pero que ¡vaya coincidencia! aparece justo en el momento en que se intenta comprobar la supuesta casa donde nació Gardel (rue Canon d'Arcole). Y lo que es peor no se ha dicho: en dicha casa ni siquiera nació. Charles Romuald Gardès, que según Acta 2481 de la Alcaldía de Toulouse nació en el Hospital de la Grave. Pero como un hospital no es un lugar adecuado para peregrinajes, ni para boîtes ni “museos”, se le cambió por la casa que ahora se quiere comprar solicitando dinero al pueblo argentino. Como dice Gardel en Micifuz: “Las cosas que hay en la vida / y que uno tiene que ver”. El lector sacará sus conclusiones, pero le recuerdo una frase del arquitecto Le Corbusier: “La economía guía todos nuestros actos”.

Mientras la “historia oficial” y sus adictos siguen pergeñando padres, hermanas y casas francesas, sigue vigente el título del artículo que en el periódico El Colombiano de Medellín (18 de diciembre de 1990) publicó el máximo experto colombiano, Hernán Restrepo Duque, una vez que escuchó los términos de la tesis uruguaya, demostrando fehacientemente el nacimiento de Gardel en Tacuarembó y que reza así: "Gardel no era francés ni hijo de doña Berta".
La nota de Restrepo Duque traduce la opinión de un hombre totalmente neutral, despojado de prejuicios y que aunque era un convencido de la tesis francesista, tuvo la hidalguía de reconocer su error por entender que la verdad está por encima de todo.

Nelson Bayardo, arquitecto uruguayo, ha dedicado gran parte de su vida a la enseñanza de la arquitectura y ha aplicado al tango ese principio de la filosofía de la educación, el cual se basa en la idea de que cuanto mejor se domina un tema, tanto más se es capaz de explicarlo a otro. Bayardo es uno de los investigadores de tango más importantes de la actualidad, privilegio que alcanzó con sus deducciones y análisis sobre el origen de Carlos Gardel. Ha publicado los libros “Vida y milagros de Carlos Gardel” e “Informe sobre el tango” y seis suplementos de 32 páginas cada uno, en el diario El País de Montevideo (1989, 1992 a 1996), en los cuales destruye el montaje del Gardel francés y logra demostrar con abundancia de indicios y documentos el nacimiento en Uruguay del Rey del Tango.
Los títulos de los suplementos son:
Carlos Gardel, sus orígenes, el mito (1989)
Carlos Gardel,. Documentos para la historia. (1992)
Siempre Gardel (1993)
Primer abecedario gardeliano (1994)
Los funerales del Gardel francés (1995)
Gardel en la cumbre (1996).

Fuente: http://www.chasque.ne

CARLOS GARDEL - SU VIDA Y SU OBRA

SIEMPRE HAY INCERTIDUMBRES

Los orígenes nacional y familiar, y la fecha y lugar de nacimiento, son cuatro aspectos capitales de su vida en torno de los cuales no hay todavía definitiva certeza: los documentos y los testimonios personales son contradictorios por igual, tan susceptibles de duda los unos como los otros.

Una partida expedida en la ciudad de Toulouse , sur de Francia, lo ubica nacido en ésta, el 11 de diciembre de 1890, hijo de Berthe Gardés, tolosana, también y de padre desconocido.

Esta fecha fue desvirtuada más tarde por él mismo en su testamento ológrafo (noviembre de 1933), al declararse nacido el 10 de diciembre de 1890, y por su compañero de labor artística José Razzano, quien dio otra, el 11 de diciembre de 1887, en el libro “Vida de Carlos Gardel”, (contada por José Razzano y escrita por Francisco García Jiménez), fecha que el mismo Gardel también dio para toda su documentación personal.

Un documento de identidad testimonia su nacimiento en el Departamento de Tacuarembó (R. O. del Uruguay), posibilidad sobre la cual el investigador uruguayo Erasmo Silva Cabrera ha escrito un ensayo ubicándolo como hijo del coronel oriental Carlos Escayola.

De acuerdo con la primera hipótesis, su nombre familiar fue Charles Romuald Gardés.
Conforme a la segunda, fue Carlos Escayola.

Su infancia y su adolescencia aparecen también envueltas en un misterio hecho de referencias orales desencontradas e imprecisas sobre la vida en Buenos Aires hasta 1912, residiendo con Berthe Gardés, quien fuera o no su madre se comportó como tal hasta su muerte, en Corrientes al 1500, casi Rodríguez Peña, primero; después, en la casa de la calle Jean Jaurés 735, barrio del Mercado del Abasto.

Los principios de su trayectoria de artista corresponden a esa época, refrendados ya por menciones en la prensa: integró en 1912 un dúo con Francisco Martirio y un trío vocal de repertorio criollo con éste y con José Razzano, conjunto que debutó en un festival realizado en la Casa Suiza de la calle Rodríguez Peña y se convirtió, poco después en cuarteto con la incorporación de Saúl Salinas ("El víbora") para cantar en la localidad de Zarate durante el carnaval de 1913. Desvinculado Salinas, el trío Gardel-Martino-Razzano continuó su gira por la provincia de Buenos Aires; y en Gral. Viamonte quedó reducido a dúo por la deserción de Martino.

Ese mismo año hizo su primera serie de grabaciones fonográficas como solista y para la casa Columbia, integrada por catorce canciones campesinas en las que se acompañó él mismo con elementales rasgueos de guitarra; la placa inicial, por orden de aparición en la venta, contuvo sus interpretaciones de La Mañanita y Me Dejaste.

A fines de 1913, formando el dúo con Razzano, debutó en el cabaret Armenonville, presentándose durante 1914 como fin de fiesta de las representaciones de la compañía Ducasse-Alippi en el Teatro Nacional (en enero), con Perdiguero-Casaux en el Apolo (en marzo), con Arellano-Tesada-Aranaz- Mancini en Rosario de Santa Fe (en junio), con Vitone-Pomar en Córdoba (en julio), con Rico Mangiante en el Moderno de Buenos Aires (en octubre) y en este mismo escenario, para un concierto de la Sociedad Argentina de Compositores (en noviembre).

Al año siguiente cantó con Razzano en Montevideo, en el Teatro Royal y en el 18 de Julio, como parte del elenco de Arellano, integrando el cual viajó a Río de Janeiro en la puesta de Juan Moreira, que se estrenó en el mes de noviembre en el Teatro San Martín. En esta ocasión se agregó a su dúo el guitarrista José Ricardo.

En 1916 acompañó, siempre con Razzano, la actuación de Orfilia Rico en el Odeón de Mar del Plata (en febrero) y al recién constituido binomio de actores Muiño-Alippi en las salas del Marconi y del Nuevo, pasando en octubre al Esmeralda, donde cantó cono solista “Mi noche triste”, primer tango que interpretó en actuaciones públicas.

Durante esa misma temporada, desempeñó un pequeño papel en la filmación de la película “Flor de Durazno”, que dirigió el dramaturgo Francisco Defilippis Novoa, y volvió a Montevideo con Razzano, en la compañía de Rogelio Juárez y Lola Membrives, de actuación en el Urquiza. Llamado por Glucksmann, grabó en dúo, el 9 de abril de 1917, para Odeón, su placa inicial con la canción de Ángel Villoldo “Cantar Eterno”, quedando confiado a un solo de Razzano, la cifra Entre Colore, la faz complementaria de ese primer disco de fonógrafo.
Y continuaron las presentaciones teatrales, en el Esmeralda, nuevamente, con Blanca Podestá; Alberto Ballesteros y Salvador Rosich, en el San Martín y en el Empire; con Florencio Parravicini, luego, en San Nicolás, durante una gira por provincias, que incluyó un contrato cumplido por el dueto en Chile.

En 1918, año de sus dos primeros tangos cantados para el disco “Flor de fango” y “Mi noche triste” (éste apareció antes que aquél en la venta), actuó con el dúo en Montevideo: Teatro 18 de Julio y festival benéfico en el Parque Hotel.

Desde entonces, marcadamente a partir de 1922, su figura fue cobrando supremacía respecto de la de Razzano, quien paulatinamente disminuyó la intervención en los registros fonográficos. Con los guitarristas José Ricardo y Guillermo Barbieri (incorporado éste al acompañamiento en 1921), y una vez cumplidos los compromisos artísticos en la escena del T. Florida porteño y del T. 18 de Julio montevideano con el elenco de Enrique De Rosas y Matilde Rivera, embarcaron con estos actores rumbo a España.

Debutaron en diciembre en el Teatro Apolo de Madrid.

De regreso, grabó, a fines del 1924, como solista, secundado por la orquesta de Francisco Canaro, algunas versiones para Odeón, la primera de las cuales fue el tango “La garconníére”; y, en 1925, temporada de su debut en la radiotelefonía por ondas de Splendid, llevó al disco dos tangos: “Perdón, viejita” y “Fea”, con marco orquestal dirigido por Osvaldo Fresedo. Desde setiembre de ese año , fecha de su desvinculación de Razzano, continuó su carrera de artista como figura independiente.

En su segundo viaje a España, cantó en el Romea de Madrid y grabó para la Odeón de Barcelona, labor que cumplió acompañado únicamente por José Ricardo.

Luego de una fugaz reaparición en Buenos Aires, que incluyó audiciones en Radio Prieto, volvió a los escenarios españoles, esta vez con Ricardo y Barbieri, sus dos guitarristas.

Durante los dos años siguientes, sumado ya José María Aguilar al acompañamiento, actuó en París: Teatro Fémina, cabaret Florida y discos de la Odeón francesa en 1928 y Teatro Ópera y Empire en enero y febrero de 1929; en abril y mayo, cantó en el Principal Palace de Barcelona y en el Avenida de Madrid.

Volvió en junio a Buenos Aires, tomando parte en una serie de películas breves dirigidas por Eduardo Morera, actuando en el Teatro Florida, ante micrófonos de Radio Nacional y en la sala del Artigas de Montevideo.

Regresó a Europa durante el siguiente año, debutando en Niza e interpretando el papel protagónico en “Luces de Buenos Aires”, película que, dirigida por Adelqui Millar, se rodó en Joinville con Gloria Guzmán, Pedro Quartucci y otros actores de la compañía del Teatro Sarmiento y el sexteto de Julio De Caro.

En setiembre de 1931, luego de haber registrado un segundo lote de versiones para la Odeón de París, reapareció en el Broadway de Buenos Aires con los guitarristas Guillermo Barbieri, Ángel Domingo Riverol y Julio Vivas.

De 1932 es su serie de películas Paramount, durante la cual empezó a colaborar con él, como argumentista y letristas de canciones, Alfredo Le Pera: “Espérame” (Dirección de Louis Gasnier), “La Casa es Seria” (Dirección de Jacquelux), “Melodía de Arrabal” (Dirección de Louis Gasnier).

Tras otra fugaz presentación por Radio Belgrano, retornó a Europa, grabando en Barcelona, el 22 y 23 de julio, con el violín de Solsona y el piano de Juan Cruz Mateo y el 6 de noviembre en la Argentina, sus últimas versiones para Odeón: “Madame Ivonne”, “Tu Diagnóstico”, “El Tirador Plateado”.

Dos meses antes había realizado una breve temporada en el Teatro 18 de Julio de Montevideo y pocos días después viajó rumbo a París, en el "Conte Biancamano", acompañado por sus músicos Alberto Castellanos y Horacio Pettorossi. De allí se trasladó a Nueva York, cantando por la NBC (National Broadcasting Corporation) con un marco orquestal concertado por Hugo Mariani.

En 1934 y 1935 filmó sus cinco películas para la Paramount en Norteamérica: Cuesta Abajo (Dirección de Louis Gasnier, 1934), El Tango en Broadway (Dirección de Gasnier, 1935), El Día que me Quieras (Dirección de John Reinhardt, 1935), Tango Bar (Dirección de John Reinhardt, 1935) y escenas para Cazadores de Estrellas (Dirección de Norman Taurog, 1935).

En marzo de dicho año cantó desde Nueva York para Radio Belgrano de Buenos Aires, en tanto que la RCA Víctor imprimía en discos las canciones incluidas en su labor cinematográfica, el tango “Amargura” que fue el último que interpretó para el sello discográfico y la canción criolla “Apure Delantero Buey” grabadas ambas los días 19, 20 y 23 de marzo, la postrera realización suya, sin distinción de géneros, para la fonografía.

A principios de abril inició su gira por ciudades latinoamericanas.

Comenzada en San Juan de Puerto Rico, dicha gira lo llevó sucesivamente a Caracas, Maracaibo, Barranquilla, Cartagena y Medellín.

El 23 de junio cumplió la actuación final de su carrera en el Teatro Real de Bogotá.

El 24 de junio de 1935, el aparato que lo llevaba desde esa ciudad hacia Calí, hizo escala en Medellín, en el aeródromo Olaya Herrera, sobre cuya pista, al recomenzar el viaje se estrelló en tierra contra otro avión, determinando su muerte.

Además de las composiciones ya mencionadas, dio a conocer los tangos “Mano a mano”, “Ave sin rumbo”, “Mi alhaja” (luego conocida en el nombre de “Medallita de la suerte”), “Noche fría”, “Desdén”, “Estudiante”, “Melodía de arrabal”, “Me da pena confesarlo”, “Tomo y obligo”, “Silencio”, “Recordando”, “Evocación”, “Amor”, “Sus ojos se cerraron” y “Mí Buenos Aires Querido”.


Fuentes

Horacio Ferrer, “Libro de El Tango” y “web de Carlos Gardel”


http://eltangoysusinvitados/

viernes, 15 de enero de 2010

¿LA HISTORIA VERDADERA, SOBRE LA MUERTE DEL PAPA LUCIANI?

EL PESCADO SE PUDRE POR LA CABEZA
La verdad sobre el Asesinato del Papa Juan Pablo I.

A continuación se transcribe una sesión, del Profesor Velmont del Grupo Elron, con Élida H, en la cual, se da a conocer por parte de “espíritus de luz”, que vieron los sucesos, la verdad sobre la muerte de Juan Pablo I, a través de un médium..



PREGUNTA de Élida H. al prof. Velmont

Estimado profesor Velmont: Profeso la religión católica y estoy muy confusa respecto de la muerte del Papa Juan Pablo i. ¿Podría pedirles a los Maestros de Luz, que aclaren definitivamente, si fue o no un asesinato? Desde ya agradecida.

RESPUESTA

Apreciada Élida: La muerte de Albino Luciani, que era un ser de Luz del 5º plano espiritual, fue lisa y llanamente un asesinato religioso, y los conspiradores fueron el cónclave de obispos, que estaban en contra de las ideas renovadoras de Juan Pablo I, que en realidad eran muy revolucionarias.

Seguidamente te transcribo los diálogos de la sesión, con uno de los Guías espirituales del Grupo Elron, que te aclararán definitivamente todas las dudas.


SESIÓN CON ESPÍRITUS DE LUZ

Interlocutor: Entendí perfectamente. Quiero pasar a otro tema porque tengo muchas preguntas agendadas. ¿Cómo está Jorge para seguir?

Ron Hubbard: Está un poco agotado porque en estos momentos hay dieciocho espíritus de Luz asesorándome y es una energía tremenda.


Interlocutor: Comprendo. Ahora quiero referirme al supuesto Asesinato del Papa Juan Pablo I, es decir, de Albino Luciani.

Ron Hubbard: No es un "supuesto" asesinato.


Interlocutor: ¿Fue un asesinato de verdad?

Ron Hubbard: Así es.


Interlocutor: ¿Por qué lo asesinaron?

Ron Hubbard: Porque quería cambiar las reglas de juego. Era un ser tan excepcional que tenía conceptos muy similares a lo que es en verdad el camino espiritual. Quería, no abolir, porque no puede llegar alguien y decir bueno, a partir de ahora esto y aquello queda eliminado. Pero quería ir de alguna manera modificando conceptos y no se lo permitieron y por eso lo asesinaron.


Interlocutor: ¿Pero quién lo asesinó?

Ron Hubbard: Un cónclave de obispos.


Interlocutor: Hay un libro escrito por David Yallop, titulado "En el nombre de Dios" (In God's Name), editado en 1984, sobre el caso.

Ron Hubbard: Es un libro equivocado porque pone conceptos políticos como motivos del crimen que no tienen nada que ver, ya que el asesinato solamente tiene relación con dogmas y doctrinas que iban a ser cambiadas.


Interlocutor: ¿Entonces el motivo del crimen fueron exclusivamente cuestiones religiosas y para nada políticas?

Ron Hubbard: Así es, lo asesinaron única y exclusivamente por motivos religiosos.


Interlocutor: ¿Directamente lo envenenaron?

Ron Hubbard: Sí, fue envenenado con una sustancia que deja pocas huellas y que hace aparecer a la muerte como un problema directamente físico.


Interlocutor: La verdad es que quedo anonadado. ¿Algo más para agregar sobre ésto?

Ron Hubbard: Sí, simplemente que es una pena que lo hayan asesinado, porque el que continuó, ha hecho infinidad de tropelías.


Interlocutor: No tengo presente en este momento quien fue el continuador.

Ron Hubbard: El continuador fue el Papa Juan Pablo II.


Interlocutor: ¿A qué tropelías se refiere? ¿Estuvo acaso involucrado en el crimen?

Ron Hubbard: No, no estuvo involucrado en el crimen, sino en aberraciones posteriores, como por ejemplo segregar a aquel que es divorciado.
Fíjate también lo que le sucedió a aquel periodista del diario italiano "Corriere de la Sera", que dijo que si el hombre es finito solamente puede cometer errores finitos y por lo tanto no puede haber un castigo infinito, agregando, que el infierno, como lo pintaba la Iglesia, nunca podría existir.


Interlocutor: No recuerdo en este momento lo que le ocurrió.

Ron Hubbard: A las cuarenta y ocho horas, por decreto papal, fue expulsado del Vaticano. Esto significa que la Iglesia cambió de forma, pero no de fondo. La Iglesia sigue siendo la misma oscurantista.


Interlocutor: ¿El Papa Juan Pablo II sabía que Albino Luciani fue asesinado?

Ron Hubbard: No, lo ignoraba. El Papa Juan Pablo II era un espíritu del Error completamente egoico.


Interlocutor: ¿En qué plano está en estos momentos el espíritu de Albino Luciani?

Ron Hubbard: Es un ser de Luz. Está en el 5º plano.


Hasta aquí llegan los diálogos de esa sesión.
Quizás, debiéramos hacer otra sesión, para profundizar en esta cuestión.
Veremos.
Pero por ahora, por lo menos, tenemos la certeza de que Juan Pablo I fue asesinado.


Bienvenida al Club.
Un fuerte abrazo.
Horacio Velmont.

Fuente: http://www.grupoelron.org


A través de este informe, se descartan las implicancias políticas de la Mafia y la Masonería, en el Asesinato de Juan Pablo I. Aunque a ellos los iba a correr de la Iglesia.
Son razones de cambios para actualizar los dogmas y doctrinas, del catolicismo, no apoyadas por los conservadores eclesiásticos.
¿Es qué la Iglesia Católica, no piensa adaptar sus dogmas y doctrinas al Siglo XXI?
¿No pueden observar, qué es lo que otras iglesias hacen bien para atraer fieles? Porque, se quejan indirectamente, de que, se ha perdido la Fe, pero no advierten, quiénes son los culpables de la pérdida de asistentes a los templos católicos, porque la Fe en Dios, no se ha perdido, se ha cambiado la forma de expresión, de los fieles.

No se necesita de nadie, para hablar con Dios, para sentirlo dentro de cada uno.
Los hombres que manejan la doctrina católica, son HOMBRES, y como tales, deberían VIVIR, en el Siglo que les toca vivir y predicar con su ejemplo, no con sus conocimientos adquiridos.

¿No habrá más Papas, como Juan Pablo I, que estén dispuestos a morir, por su rebaño? Así lo hizo Jesús.
El Papa Luciani, ya sabía que no iba a vivir mucho en su papado, e igual, llevó adelante sus principios y quiso hacer de la Iglesia Católica, una comunidad de fe actualizada en el tiempo, cristalina, sincera, volcada a ayudar a los más pobres, integrada a las acciones sociales de ayuda en la humanidad sacando de sus riquezas para lograrlo.

Pero no lo dejaron. Los intereses eran muchos.

¿NO HABRÁ CARDENALES, FUTUROS PAPAS, QUE QUIERAN IMITAR A, JUAN PABLO I ¿
OJALÁ QUE SÍ EXISTAN!!!

miércoles, 13 de enero de 2010

LA EXTRAÑA MUERTE DE UN PAPA

Extractado de El Mundo – Suplemento Crónica 413 (14/9/2003)- José Manuel Vidal.


"Juan Pablo I fue asesinado por la ingestión de una dosis fortísima de un vasodilatador". "Pensaba hacer cambios importantes en la curia del Vaticano". "Los apuntes que tenía en la mano, al ser encontrado muerto, contenían los nombres de los nuevos cargos".

El sacerdote Jesús López Sáez ha escrito un polémico libro cuando, el 29 de septiembre de 2003, se cumplieron 25 años de la muerte de quien sólo estuvo 31 días al frente de la Iglesia Católica.

"Hay que purificar el templo y echar de él a los mercaderes".
Ésta es la clave teológica que ha llevado a Jesús López Sáez, sacerdote abulense, prestigioso catequista y fundador de la Comunidad de Ayala, a investigar en la escabrosa historia de la muerte de Juan Pablo I.
Tras 25 años de investigación profunda, sus conclusiones son estremecedoras y echan por tierra la tesis oficial.

La Curia Romana, con Juan Pablo II a la cabeza, siempre sostuvo que la muerte del Papa Luciani fue la de un enfermo, incapaz de asumir el tremendo peso de la tiara.

López Sáez sostiene, en cambio, que “la muerte del Papa meteorito” (sólo estuvo 31 días en el solio pontificio), fue un asesinato orquestado por algunos miembros de la Curia, de la mafia y de la masonería; fue el asesinato de un Papa en plena forma y tan capaz de regir la Iglesia, que estaba pensando en darle un vuelco de 180 grados al Vaticano, a sus dineros y a la Curia Romana.

Con la explicación oficial, Roma dio por cerrado el caso. Pero, aún hoy, en toda la cristiandad, sigue flotando un aire de misterio y sospecha. La herida se cerró en falso.
De hecho, tras su muerte numerosos obispos y hasta algún cardenal, pidieron a Roma una investigación en profundidad.

Jesús López, pertenece a este sector minoritario, que quiere “lavar la imagen manchada” de un pontificado que pudo ser revolucionario en la Iglesia. Hacer justicia, al Papa de la sonrisa y de pasada, purificar el templo de la Curia y ayudar a que la Iglesia recobre el esplendor evangélico.

Con buenos contactos tanto en España como en el extranjero, con la ayuda de obispos y cardenales amigos, Jesús López plasmó sus primeros hallazgos en el libro Se pedirá cuenta (Editorial Orígenes), publicado 12 años después del misterioso final de Juan Pablo I.
Ya entonces el padre López Sáez intentaba investigar, en la turbia historia de la muerte del Papa Luciani, porque “a cada generación se le pedirá cuenta de la sangre de sus profetas”.
Pero la consigna en la Iglesia era clara y tajante: "Ningún eclesiástico puede remover las cenizas del Papa Luciani y, ante las múltiples preguntas de los fieles en todo el mundo, los clérigos deben responder con la verdad oficial".

Pero Jesús López, no se dio por vencido y, desde entonces, siguió visitando archivos, consultando fuentes y con protagonistas directos de aquellos acontecimientos, que, con la edad y el tiempo, comenzaron a hablar.

"EL DIA DE LA CUENTA"

Fruto de este trabajo de años es su libro, El día de la cuenta, en el que plasma sus conclusiones definitivas.
Pero a la Iglesia no le gusta que uno de sus más prestigiosos sacerdotes, asegure que un Papa fue asesinado y denuncie, los tejes y manejes de una Curia, "auténtica cueva de ladrones", dice.

Y le llovieron las presiones de todo tipo.

Presiones Sentimentales, con cartas de sus amigos. Como la del actual nuncio en Croacia, el español Francisco Javier Lozano, suplicándole que no publique un libro que "tanto mal puede acarrear a la Iglesia de Cristo". Le advierte que él no es quien para sentar en el banquillo de los acusados a la Santa Sede. Y con chantajes afectivos: "Hubiera dado cualquier cosa para que vieras la cara de dolor de la 'autoridad de la Iglesia' (Juan Pablo II), cuando hace meses le presenté un breve resumen de tu manuscrito. Esa autoridad está acostumbrada a sufrir por calumnias, por infidelidades, incluso por disparos a bocajarro un 13 de mayo".

Presiones canónicas, que sucedieron a las anteriores. El entonces obispo de Avila, Adolfo González Montes, le amenaza por escrito con retirarle las licencias ministeriales (prohibición de celebrar los sacramentos).

Pero Jesús López, no cede. Y recuerda lo que Santa Catalina de Siena decía: "Los ministros de Dios que no denuncian los males de la Iglesia son malos pastores. No tienen perro, el perro de la conciencia, o no les ladra".
Y él si tiene perro y no deja de ladrarle.
Y eso que por seguir investigando le echaron de la Conferencia Episcopal, donde trabajaba en la comisión de catequesis.
Y quizás perdiese la oportunidad de conseguir una mitra y el reconocimiento solemne de la Comunidad de Ayala, por él fundada.

Ahora ha tenido que editar su libro en "Edición no venal, para uso privado". Aun así, de boca en boca y de mano en mano, lleva vendidos más de 2.000 ejemplares.

Pero, junto a la cascada de reproches, hay algunas felicitaciones.
Como la del obispo Casaldáliga: "Todo tu material es importante para la Historia y para la purificación de la Iglesia".
O la enigmática carta de Eduardo Luciani, hermano del Papa difunto. Aunque sin pronunciarse al respecto, deja caer la sombra de la duda sobre el desenlace de su hermano.


EDICIÓN PÚBLICA

Como buen sacerdote que es, Jesús López Sáez, siente el corazón dividido, ante las conclusiones de su investigación. "Pero en conciencia no puedo callar y, aunque no vivo en estado de miedo, sé que me pueden hacer mucho daño. Pero... Como dice el libro de los Hechos, 'hemos de obedecer a Dios antes que a los hombres'".
Incluso, López Sáez está pensando en hacer una edición pública de su libro y lanzarlo a las librerías "para que la gente sepa y los mercaderes salgan del templo".

INVESTIGACIÓN: ¿QUIÉN MATÓ AL PAPA?"

Así rezaba el comunicado oficial del Vaticano.
“Esta mañana, 29 de septiembre de 1978, hacia las cinco y media, el secretario particular del Papa, no habiendo encontrado al Santo Padre en la capilla, como de costumbre, le ha buscado en su habitación y le ha encontrado muerto en la cama, con la luz encendida, como si aún leyera. El médico, Dr. Renato Buzzonetti, que acudió inmediatamente, ha constatado su muerte, acaecida probablemente hacia las 23 horas del día anterior a causa de un infarto agudo de miocardio".

Una versión llena de falsedades, según López Sáez.
Entre otras: "un diagnóstico sin fundamento (infarto de miocardio agudo y, además, instantáneo), dado por un médico que no conocía a Luciani como paciente, sin realización (oficial) de la autopsia, y una información manipulada sobre el hallazgo del cadáver y sobre las circunstancias de la muerte".


Hoy está comprobado que Juan Pablo I estaba bien de salud. Lo confirma su médico personal, el doctor Da Ros: "El Papa no ha pasado nunca 24 horas en cama, ni una mañana o una tarde en cama, no ha tenido nunca un dolor de cabeza o una fiebre que le obligase a guardar cama. Gozaba de una buena salud; ningún problema de dieta, comía todo cuanto le ponían delante, no conocía problemas de diabetes o de colesterol; tenía sólo la tensión un poco baja".
Tener la tensión un poco baja es, para muchos médicos, "un seguro de vida".

También se sabe que Juan Pablo I no murió de infarto, porque "no hubo lucha con la muerte".
Con el tiempo el propio Vaticano ha reconocido que el primero en encontrarlo no fue monseñor Magee, su secretario, sino sor Vincenza, la monja que lo cuidaba.
Según el relato de esta hermana, "el Papa estaba sentado en la cama, con las gafas puestas y unas hojas de papel en las manos. Tenía la cabeza ladeada hacia la derecha y una pierna estirada sobre la cama. Iniciaba una leve sonrisa".
¿Qué tenía en las manos?
"Evidentemente no tenía el Kempis, como dijo el Vaticano, un libro demasiado grueso para ser sostenido entre los dedos. Los apuntes que tenía eran unas notas sobre la conversación de dos horas que el Papa había tenido con el secretario de Estado, cardenal Villot, la tarde anterior", dice López Sáez.

En ella, el Papa le había adelantado a su número dos, los importantes cambios que pensaba hacer en la Curia. Y ése fue el detonante de su muerte.

¿Cuál fue el arma del crimen?
"A pesar de que el Vaticano lo niega, a Juan Pablo I se le hizo la autopsia y por ella se supo que había muerto por la ingestión de una dosis fortísima de un vasodilatador. Se trata de una medicina absolutamente contraindicada para quien tiene la tensión baja, como tenía el Papa. Eso encaja con la forma en la que se encontró el cadáver: No hubo lucha con la muerte, como corresponde a una provocada por sustancia depresora y acaecida en profundo sueño", explica don Jesús.
La medicación, que no le fue recetada por su médico personal, como él mismo reconoce, se le obligó a tomar o se le inyectó.
La mística Erika, en un libro del famoso teólogo y después cardenal Urs von Balthasar, asegura haber tenido una revelación en la que vio a alguien que le inyectaba la medicina al Papa. Y Juan Pablo II le concede la birreta a Von Balthasar sabiendo que, además, la propia Erika dice en el libro que "el Santo Padre lo sabe y lo cree" [que su antecesor fue asesinado].
Por su parte, el ex embajador francés, Roger Peyrefitte, autor de “La sotana roja”, asegura que al Papa le puso la inyección letal el mafioso Brucciato, después murió en un atentado contra Roberto Rossone, vicepresidente del Banco Ambrosiano, acompañado de dos monseñores de la Curia.

Según López Sáez, "nadie sabe exactamente quién mató al Papa. Todo apunta a la Logia masónica P2. No se puede responsabilizar a una persona en concreto, aunque hay quien señala al entonces presidente del IOR (Banco del Vaticano), monseñor Marcinckus, y al entonces Secretario de Estado, el francés cardenal Villot".
En cualquier caso se trata, según López, "de una muerte provocada en el momento oportuno".
¿Por qué? Los folios que tiene en la mano el Papa muerto contenían el nuevo organigrama de la Curia y de la Iglesia italiana: dimisión de Villot y del arzobispo de Milán, monseñor Colombo; traslado a Milán de Casaroli; Benelli, nuevo Secretario de Estado; Poletti, vicario de Roma, a Florencia, y Felici, nuevo vicario de Roma".

Juan Pablo I, horas antes había presentado el organigrama a Villot y éste le dijo: "Usted es libre para decidir y yo obedeceré. Pero sepa que estos cambios supondrían una traición a la herencia recibida de Pablo VI".
Y Juan Pablo I le replicó: "Ningún Papa gobierna a perpetuidad".

Está comprobado que el Luciani era un Papa que "estaba en el camino de la profecía".
Es decir, "un Papa que no quiere ser jefe de Estado, que no quiere escoltas ni soldados, que quiere una renovación profunda de la Iglesia y, además, gobernar con los obispos. Un Papa de los pobres que quiere promover en el Vaticano un gran instituto de caridad, para hospedar a los sin techo de Roma", cuenta el padre López Sáez.

En definitiva, al Papa le matan porque quiere revisar la estructura de la Curia, publicar varias encíclicas (sobre la Colegialidad y la mujer en la Iglesia), destituir al presidente del IOR, reformar el Banco Vaticano y enfrentarse abiertamente con la Masonería y con la Mafia que campean por sus fueros en la Curia romana.

Según López Sáez, "lo determinante fue el asunto del IOR, porque la Curia intenta evitar la quiebra del Ambrosiano y la decisión del Papa la iba a precipitar. Ellos querían un Papa que evitase esa quiebra".

Pero, aunque quitaron de en medio a Juan Pablo I, su sucesor, Juan Pablo II, no pudo evitar la quiebra del Ambrosiano y además, destituyó a su presidente, monseñor Marcinckus.

"La diferencia es que Juan Pablo I quiere echar a los mercaderes del templo, mientras Juan Pablo II expulsa a unos (la masonería) para echarse en brazos del Opus Dei. La Obra fue la institución que salió ganadora y a la que el pontificado del Papa Wojtyla le resultó más rentable: una prelatura personal, un santo y el control del poder en Roma".

En cualquier caso, el Papa Luciani sabía que iba a enfrentarse con poderosos enemigos. En varias ocasiones asegura, según el padre Sáez, que su pontificado será corto y que ya sabe el nombre de su sucesor. Unas veces, le llama "el extranjero" y otras, "el que estaba sentado frente a mí en el cónclave", es decir, Wojtyla.
¿Por qué sabía Juan Pablo I ya antes de morir y antes de celebrarse el cónclave el nombre de su sucesor?
"Porque Juan Pablo II era el candidato del cardenal Villot y de la Curia, deseosa de volver a controlar el poder. No en vano los curiales decían: 'Hemos perdido tres cónclaves (el de Juan XXIII, el de Pablo VI y el de Juan Pablo I), pero no el cuarto' ".
El padre López Sáez cree, al igual que la mística Erika, que "el Papa sabe". Más aún, cree que su última obra poética, Tríptico romano, es una respuesta velada a su libro, que envió al Papa con acuse de la Secretaría de Estado.
Por eso, en tres simples folios, Juan Pablo II habla de la Capilla Sixtina y del próximo cónclave. "Es una forma de responderme a mí y a los cardenales que van a estar en el próximo cónclave. Viene a decir 'algo hay'...Y si responde es para que los cardenales electores lo tengan en cuenta, elijan en consonancia y reparen la injusticia histórica que se ha cometido con el Papa Luciani".

Eso es una de las cosas que más le duele al fundador de la Comunidad de Ayala. "Juan Pablo I no era un Papa débil e indeciso, como lo pintan desde el Vaticano. Está en juego no sólo la causa y las circunstancias de su muerte, sino también su figura y su testimonio".

De hecho, en este momento hay dos procesos abiertos en torno al Papa Luciani.
El primero es civil, reabierto en Roma por el fiscal Pietro Saviotti. "Le he mandado el fiscal todos mis datos y documentos. Espero que se esclarezca la verdad y se haga justicia", dice López.
El segundo proceso es la beatificación de Juan Pablo I.

El padre López Sáez no quiere oír hablar de este tipo de proceso: "El Papa Luciani no necesita milagros para ser santo. A Juan Pablo I hay que beatificarle como mártir, tras una profunda investigación sobre su muerte y recuperar su imagen distorsionada".

"El día de la cuenta", de Jesús López Sáez, no puede adquirirse en venta pública. Para contactarse con el autor: www.comayala.es.

Información, extractada de El Mundo – Suplemento Crónica 413 (14/9/2003)- José Manuel Vidal.

Fuente: www.comayala.es

ASESINATO DEL PAPA JUAN PABLO I. Bases para la investigación.

¿Conspiración religiosa o política?

LA HISTORIA CONOCIDA

Cuando murió Pablo VI, el 6 de agosto de 1978 a las 9:40 de la noche, bastaron unos minutos para que el mundo tuviera la noticia, pero cuando murió Juan Pablo I recién casi tres horas después del hallazgo del cadáver, el Vaticano dio el comunicado, que decía textualmente: "Esta mañana, 29 de septiembre de 1978, hacia las cinco y media, el secretario particular del Papa, no habiendo encontrado al Santo Padre en la capilla, como de costumbre, le ha buscado en su habitación y le ha encontrado muerto en la cama, con la luz encendida, como si aún leyera”.

El médico, Dr. Renato Buzzonetti, que acudió inmediatamente, ha constatado su muerte, acaecida probablemente hacia las 23 horas del día anterior, a causa de un infarto agudo de miocardio".

La noticia causó sorpresa y estupor.

Después se añadió el nombre de Magee, anteriormente secretario de Pablo VI. Realmente, HOY, pocas cosas quedan en pie de las afirmadas en dicho comunicado.

El propio John Magee, actualmente obispo de Cloyne (Irlanda), ha dicho recientemente que no fue él, sino una religiosa quien encontró muerto a Juan Pablo I: "Aproximadamente a las 5 de la mañana una monja muy agitada fue a despertarme. 'El Papa ha muerto', me dijo. Preocupada porque el Pontífice no había tomado el café, que las monjas le dejaban todos los días a las 4:30 delante de la puerta de su habitación, había entrado y visto el cuerpo inmóvil. Después había corrido hasta mi habitación para avisarme" . Magee bajó inmediatamente a la habitación del Papa y constató que, efectivamente, había muerto. Dijo a las religiosas que no tocaran nada y fue a llamar por teléfono al cardenal Villot Según Magee, eran las 5:40. A continuación llamó al doctor Buzzonetti. “Ambos, el Cardenal y el Doctor, entraron juntos en la habitación del Papa y constataron con sus propios ojos que el Papa estaba muerto".

Cuando murió Pablo VI, se publicó un detallado informe médico. Ahora no. Se supone que basta un examen externo del cadáver y un lacónico comunicado oficial para dar respuesta a estos interrogantes: ¿cuándo murió Juan Pablo I? y sobre todo ¿de qué murió?

Por lo que se refiere al momento de la muerte, la estimación oficial no coincide con la de los embalsamadores, los hermanos Signoracci, según lo que dijeron a Yallop: "Al examinar el cadáver antes de que lo trasladaran a la sala Clementina, los hermanos Signoracci habían llegado a la conclusión, por la ausencia del rigor mortis y por la temperatura del cuerpo, que la muerte se había producido, no a las once de la noche del 28 de septiembre, sino entre las cuatro y las cinco de la madrugada del 29. Sus conclusiones se vieron confirmadas por monseñor Noé, que les dijo que el Papa había muerto poco antes de las cinco de la madrugada".

Tanto la religiosa que descubrió el cadáver, sor Vincenza, como el secretario Diego Lorenzi, confirmaron el detalle de la temperatura del cuerpo, que encontraron todavía tibio.

Sin duda, la cuestión clave es la determinación de la causa de la muerte. Es decir: ¿de qué murió Juan Pablo I?

El obispo de Cuernavaca (Méjico), Méndez Arceo, pidió públicamente que se realizara la autopsia: "Tanto al cardenal Miranda como a mí nos parece que podría ser de mucha utilidad". Y Franco Antico, de la organización tradicionalista Civiltà Cristiana, solicitó una investigación formal.

De forma tajante, el Cardenal Oddi, que con el cardenal Samor, fueron asistentes de Villot durante el período de Sede Vacante, afirmó que no habría investigación alguna: "He sabido con certeza que el Sagrado Colegio cardenalicio no tomará mínimamente en examen la eventualidad de una investigación y no aceptará el menor control por parte de nadie y, es más, ni siquiera se tratará la cuestión en el colegio de cardenales".

Sin embargo, según el diario "La Stampa" de Turín, del 8 de octubre, los cardenales reunidos en Congregación General, solicitaron conocer las circunstancias precisas de la muerte del Papa Juan Pablo I. El diario señala que "los Cardenales, ante los interrogantes que se plantea la 'opinión pública' provocados por el hecho de que únicamente fue publicado un breve comunicado anunciando la muerte del Papa, la ausencia de un boletín médico y la negativa del Vaticano a proceder a una autopsia, han solicitado que los medios oficiales de información de la Santa Sede anuncien las circunstancias exactas de la muerte del Pontífice". Al menos, algún cardenal habría pedido puntualizaciones al respecto. El Vaticano ni confirma ni desmiente esta información; simplemente, no responde.

Pero ¿por qué no se hizo la autopsia? ¿Tenía la Iglesia algo que perder? Responde Monseñor Nicolini, autor de una biografía sobre Juan Pablo I y, durante varios años, vicedirector de la sala de prensa del Vaticano (actualmente obispo de Alba, en la provincia italiana de Cuneo): "El Sacro Colegio no ordenó la autopsia porque la consideró superflua, no habiendo duda alguna sobre las causas naturales de la muerte del Papa Luciani. La autopsia no podía sino confirmar cuanto ya se sabía".

Sin embargo, la pregunta obvia es: ¿cómo se sabía? Más aún: ¿cómo se podía saber loas causas de la muerte, a partir solamente, de un examen externo del cadáver? Como diversos especialistas indicaron, es clínicamente imposible explicar la causa de la muerte por infarto de miocardio agudo y, además, instantáneo, sin la realización de la autopsia.

Además, como veremos después, la forma en que se encuentra el cadáver no responde al cuadro típico del infarto: no ha habido lucha con la muerte. Tampoco existe otra sintomatología que lo delate. Ni la baja tensión de Luciani ni su estilo de vida avalan semejante dictamen. Por tanto, no sólo esto, sino todo lo que se dijo después (peso del papado, soledad institucional, etc.) queda justamente en el aire, como hipótesis carente de fundamento, mantenida precisamente por quienes tenían en sus manos la realización de la prueba definitiva y concluyente de la autopsia. Sin duda, el comunicado oficial salió tarde y mal. Se imponía, desde entonces, una fiel reconstrucción de los hechos.

Cornwell le pregunta, al Doctor Buzzonetti, que con el doctor Fontana firmó el certificado de defunción, ¿cuándo vio al Papa por última vez?. Ésta es la respuesta: "Yo puedo ser muy preciso sobre esto. Ni yo ni el profesor Fontana, que era jefe del Servicio Médico Vaticano y que murió en 1979, fuimos llamados nunca a prestar nuestros servicios profesionales al Papa Juan Pablo I. Yo le vi al final del cónclave. Yo era suplente de Fontana. Posteriormente yo creo que le vi en alguna función. Después le vi muerto. Eso es todo".

El doctor dice no saber nada de las medicinas que tomaba el Papa. Tampoco sabe si estaba sobrecargado de trabajo o deprimido.

Contra lo que afirma Magee, Buzzonetti niega haberse encontrado con el doctor Da Ros, médico personal de Luciani, el domingo 24 de septiembre: "ese encuentro nunca se dio". Dice también: "Todos los aspectos clínicos de éste asunto de Juan Pablo I están cubiertos por dos secretos: el primero es el secreto profesional, del que nadie me puede liberar; después está el secreto de mi cargo como vicedirector del Servicio Médico de éste Estado del Vaticano. Pero, de cualquier modo, yo no sé nada".

Según Lorenzi, Buzzonetti llegó muy pronto, pero no preguntó nada: "siendo un buen doctor, no es por criticarle, debería haber dicho, 'Vamos a ver, señores, ¿han percibido algo la noche anterior?'. Él debería haber estado abierto a todas las posibilidades. Él no es un cualquiera. Usted puede pensar que un doctor del Vaticano debería haber hecho una cierta indagación. ¿Por qué no lo hizo? Bien, no lo hizo, y como resultado yo me estoy volviendo...loco! ".

Según Yallop, Villot, ya fallecido, es uno de los principales sospechosos del asesinato. ¿Por qué lo habrá hecho? ¿Si se pudiera leer los nombres de la lista que estaba en los papeles en las manos de Juan Pablo I, encontraríamos su nombre? ¿O de algún padre u obispo muy cercano, que lo comprometiera? Muchas más preguntas vienen a la mente.

A seguir investigando.......

Fuente: www.comayala.es

CARLOS GARDEL

CARTA ABIERTA DE AMIRIA CURBELO

Tacuarembó, abril de 2005

Autoridades, periodistas y demás interesados de la vida de Carlos Gardel
Presente

De nuestra mayor consideración:
La Fundación Carlos Gardel constituida en marzo de 1995 en la ciudad de Tacuarembó, ha tenido desde el inicio de su formación la misión de reivindicar y promocionar la nacionalidad uruguaya de Gardel y su nacimiento en Tacuarembó.
Desde entonces y sucesivamente, hemos desarrollado acciones tendientes a tal fin. Es por eso que ante información difundida, creemos conveniente hacer ciertas aclaraciones.
En Francia, una placa que asegura que Carlos Gardel nació en la casa N°4 Rue Canon d´Arcole, donde dice que allí nació Charles Romuald Gardes, (se ha demostrado fehacientemente con documentación, fotografías, testimonios de la época, etc)., que no es el uruguayo Carlos Gardel, está indicando la casa como su lugar de nacimiento. En realidad, Charlers Romuald Gardes nació en el Hospital de LA Grave según consta en Acta Oficial de nacimiento N°2481 de la Alcaldía de Toulouse; no siendo reconocido de otra forma ni por el gobierno francés ni por sus conciudadanos.

DICEN....
Que Gardel tenía pasaporte uruguayo “porque tenía miedo de volver a Francia y lo declararan desertor de guerra por no haber participado en la Primera Guerra Mundial.”

DECIMOS:

Que si Francia cree en la invención de que un cambio de nacionalidad de Gardel se debe a las razones aludidas anteriormente, ¿cómo se le tributan en su propio suelo, honores a quien, según la citada argumentación, se le imputa falsificación de identidad y deserción de guerra? Al declarar desertor al ciudadano francés Charles Gardes, queriendo trasladar a nuestro compatriota Carlos Gardel a tal situación, motivó una nota aclaratoria del Vice-Cónsul de Uruguay en Toulouse, (del 14 de Noviembre de 1961), refrendada por el sello oficial de dicho consulado, publicada en forma facsimilar en el libro “Alegato por la Verdad” de Erasmo Silva Cabrera, ed. El País 31 de Diciembre de 1975, donde dice textualmente:

”LLAMADO A LAS ARMAS. En el registro de reclutamiento de Toulouse, 5ª. Región Militar, clase correspondiente a todos los varones, nacidos durante el año 1890, Charles Romuald Gardes, no figura en el fichero de reclutamiento.
SERVICIO MILITAR. Según la ley francesa, desde el momento que no figura en el fichero de reclutamiento, es que no fue llamado a filas, por no estar incluido en el censo general que la ciudad de Toulouse lleva en su Alcaldía.”

DECIMOS:

Que en el libro “Páginas abiertas” del Dr. Eduardo Paysée González se expone información, señalando que, las leyes militares francesas exoneran de obligaciones militares a ciudadanos franceses, hijos únicos de madres viudas residentes en países de ultramar, como el caso de Berta Gardes y su hijo, lo cual reafirma la falacia de la versión francesista.

DECIMOS:

Que el nacimiento de Carlos Gardel, reafirmado por su presencia personal y firma en su Registro de Nacionalidad Uruguaya, exp. N° 10054 del 8 de octubre de 1920, ante el Consulado uruguayo de Buenos Aires, jurídicamente perfecto y jamás cuestionado en acto administrativo alguno, mereció aprobación en la República Argentina al nacionalizarse allí el 7 de marzo de 1923.
Se transforma así en el máximo símbolo de hermandad rioplatense: nacido en Tacuarembó, con patria artística en Buenos Aires.

DECIMOS:

Que absolutamente toda la documentación portada por Carlos Gardel en vida, señala su origen oriental y su nacimiento en Tacuarembó.

DECIMOS:

Que muerto Gardel en Medellín, el Parlamento uruguayo en su primera sesión del 28 de junio de 1935 le rindió homenajes en su condición de artista nacido en este suelo y reiteró esta convicción en 1996 a través de la Ley N°16742, donde se designa a Tacuarembó como lugar de los homenajes oficiales del DÍA DE CARLOS GARDEL, por ser este su lugar de nacimiento.
En 1935, en momentos en que no existía el menor atisbo de polémica sobre su nacionalidad y mucho menos de comercializar su nombre, en la sesión parlamentaria del 28 de Junio de 1935, el representante nacional Buranelli, expresaba: “Había en Gardel otra virtud suprema: su acentuado patriotismo. Quería a su patria con candor de niño. Tuvo siempre a gala ser uruguayo. No declinó jamás la honra de haber nacido en este rincón de América, que dio genios como Rodó, Zorrilla de San Martín, Blanes, Florencio Sánchez y tantos otros que son gloria de este continente”.

DECIMOS:

Que si no conociéramos el origen tacuaremboense de Gardel, podríamos por lo menos sospechar su cuna oriental. Al principio de su carrera interpretaba músicas gauchescas y criollas, típicas de nuestra región fronteriza.

DECIMOS:

Que su idioma fue el español, jamás pudo hablar, ni cantar, en francés con corrección, en sus visitas a Francia.

Reivindicando la nacionalidad de Gardel, es imposible sustraerse a las fuerzas contradictorias que emergen de la figura de su padre, el coronel CARLOS ESCAYOLA, quien pauta la realidad de finales del siglo XIX y principios del XX en la sociedad tacuaremboense. El despotismo y el temor, en la sociedad, fueron capaces de lograr el silencio y el ocultamiento de una verdad, durante 40 años.
Como sociedad en crecimiento, estamos culminando esa etapa. Las investigaciones de Erasmo Silva Cabrera, del Dr. Eduardo Paysée González, del Arq. Nelson Bayardo, de la socióloga Ma. Selva Ortiz, de la profesora Susana Cabrera, del Sr. Ricardo Ostuni (argentino), de la poetiza Martina Iñiguez (argentina), de Juan Carlos Bieler (argentino), del escritor colombiano Luciano Londoño y de su coterráneo Aquiles Echeverri, entre otros, nos han permitido clarificar el origen tacuaremboense y más aún nos permitieron romper con el silencio.

Por más información sobre el tema, recomendamos leer:
“Páginas Abiertas”: Dr. Eduardo Paysée González
“Carlos Gardel, a la luz de la historia” Arq. Nelson Bayardo
“Tango. De la mala vida a Gardel” Arq. Nelson Bayardo
“Los Secretos del Coronel” Susana Cabrera
“El silencio de Tacuarembó” Ma. Selva Ortiz
“La repatriación de Gardel” Ricardo Ostuni
Investigaciones que está realizando la poetiza Martina Iñiguez basadas en los estudios de antropología forense.
Investigaciones que está realizando el Dr. Juan Carlos Bieler sobre informes forenses de 1935.

Ha llegado la hora de atesorar a nuestras figuras identatarias.
Sin otro particular y a vuestras órdenes para lo que consideren de interés y esté a nuestro alcance.
Mgter. Amiria Curbelo Balda
Fundación Carlos Gardel
Tacuarembó-Uruguay

Fuente: http://www.quienesgardel.com.ar

REGISTRO DE NACIONALIDAD DE GARDEL

ANÁLISIS

El Dr. Carlos Arezo Posada, presidente de la Fundación Carlos Gardel, analiza exhaustivamente la validez del documento legítimo que el cantor tramitara y utilizara durante toda su vida, dando por tierra con las interpretaciones falsas y tendenciosas de personas no idóneas.
Habiendo salido a luz, las investigaciones de la argentina Martina Iñiguez sobre la escolaridad de Carlos Gardel en una escuela de Montevideo, en el mismo momento que Bertha Gardes llegaba a Buenos Aires con su hijo Charles Romuald con dos años y meses de edad, (lo que prueba la existencia de dos niños), es imprescindible volver a analizar sobre la documentación que usó Carlos Gardel durante su vida.
Las críticas de los “francesistas” se han reiterado con insistencia mediante interpretaciones erróneas de la legislación, incluyendo ironías e injurias, respecto a quienes efectúan comentarios sobre el tema.
En principio, la actitud del presidente de la Fundación Carlos Gardel ha sido pasiva, no ha respondido a las conclusiones a que han arribado con mala intención, pero ante tanta verborragia, quiso brindar su aporte, con un análisis jurídico y positivo sobre los principales documentos del protagonista.

MATRÍCULA DE CIUDADANO. ANÁLISIS DE LA NORMATIVA LEGAL.

Las Leyes Nos. 3028, 3029 y 3030 promulgadas el 21 de mayo de 1906 en el gobierno de José Batlle y Ordóñez, regulan la materia consular, disponiendo sobre organización del cuerpo consular, organización del cuerpo diplomático y el arancel de derechos consulares. El correspondiente decreto reglamentario para la aplicación de dichas normas, recién fue aprobado el 17 de enero de 1917 por el Presidente Baltasar Brum.
Respecto al tema que nos preocupa, destacamos el art. 33 de la ley 3028 por el cual se prescriben las funciones de los Agentes Consulares, donde se le otorga la calidad de Oficiales de Registro de Estado Civil, de notarios y traductores de documentos.
Por su parte, el decreto reglamentario en el capítulo XIII sobre atribuciones relativas a los ciudadanos uruguayos, la sección II refiere a la matrícula de ciudadanos.
Para que los ciudadanos uruguayos residentes en país extranjero puedan contar con el auxilio o protección de los Agentes Consulares y disfrutar de los derechos y privilegios que les acuerdan las leyes o los tratados, se requiere que se hallen inscriptos en el Registro de Nacionalidad (art. 82).
A tales efectos, se distinguen dos tipos de inscripciones, la primera que es la general, incluye a aquellos que tienen documentos justificativos de nacionalidad uruguaya y la segunda, que surge de un procedimiento especial, para los que carecen de dichos documentos (art. 85).
En el régimen general, o sea la inscripción de los documentados, deben promover el trámite exhibiendo cualquier documento de los relacionados en el art. 84, actas de nacimiento o de matrimonio expedido por el Registro de Estado Civil o de los registros parroquiales, certificados de matrícula en otro consulado y cualquier otro documento auténtico expedido por las autoridades de la República.
En la segunda opción, la norma de carácter excepcional, permite a los Agentes Consulares inscribir en el Registro de la Matrícula, a los ciudadanos uruguayos indocumentados, mediante declaración personal en acta firmada por el matriculado, con la justificación de su ciudadanía uruguaya por parte de dos testigos fidedignos, nacionales si fuere posible, los que deberán también firmar el acta respectiva. (art. 86).

LA PRUEBA SUPLETORIA DE ESTADO CIVIL.

La matrícula del ciudadano es la inscripción, que en un registro se hace de personas, con la eficacia determinada por leyes o reglamentos y con los efectos ulteriores que ellas dispongan (Cfme. Enciclopedia Jurídica OMEBAT. XIX, pág. 130- año 1964).
La matrícula de ciudadanos indocumentados realizada por los Agentes Consulares constituye una prueba supletoria del Estado Civil. En efecto, nuestro Código Civil ya preveía ante la falta de los testimonios de Estado Civil, su sustitución por otros documentos auténticos, por declaraciones de testigos que hayan presenciado los hechos constitutivos del estado civil que se trata y en defecto de estas pruebas por la posesión notoria de ese estado civil (art. 44).
Nuestro país ha sido muy generoso en cuanto a facilitar la inscripción en los registros a los uruguayos indocumentados y también a los inmigrantes que llegaron de los lugares más remotos de la tierra, con la imposibilidad material de obtener sus documentos originales.

En conclusión, el estado civil de una persona, se prueba por los medios normales, testimonios de las actas incorporadas a los registros de Estado Civil o por las pruebas supletorias, reguladas por el Código Civil o por leyes especiales, como es el caso excepcional que prescribe la ley de organización consular.

EL CERTIFICADO DE LA INSCRIPCIÓN DEFINITIVA.

Los certificados y testimonios que se deducen de los registros de estado civil, son documentos públicos en que se asegura, afirma o da por cierto, alguna cosa.
El certificado hace mención de que existe la inscripción en un registro y el testimonio contiene la trascripción literal del acta de inscripción.
El decreto reglamentario de 1917 en su art. 86 habilita al Agente Consular, a expedir al interesado, un certificado de la inscripción, con validez por un año. El art. 69 del decreto reglamentario determina, que los actos autorizados en el ejercicio del cargo y dentro del límite de sus atribuciones, son de plena fe.
Es decir, no se puede confundir, la inscripción en la matrícula que es permanente, con el certificado o el testimonio, que solo cumplen con la finalidad de probar la existencia de la inscripción.

DOCUMENTACIÓN, DEL CASO “CARLOS GARDEL”

En 1915 cuando Carlos Gardel todavía no era el famoso cantor, en su debut con José Razzano, en el Royal Theatre de Montevideo, el programa del espectáculo, aportado recientemente por los familiares del boxeador Angelito Rodríguez, también uruguayo, participante de una velada boxística en el mismo día y lugar, incluye la mención del debut del “dúo nacional” y “dúo criollo” Gardel-Razzano. Al otro día, en los comentarios de la prensa, se habla de los “jóvenes compatriotas”, información dada por el diario “El tiempo” de Montevideo.
A partir de entonces, se acentúa el nivel de actuaciones exitosas, por lo que implica la necesidad de requerir solución al grave problema de su identificación.
Enterado de las recientes normativas uruguayas para regularizar estados de indocumentación para uruguayos en el extranjero, Carlos Gardel se presenta el día 8 de octubre de 1920 ante el Consulado Uruguayo de Buenos Aires.
Al amparo de las leyes consulares de 1906 y del decreto reglamentario de 1917, tramita su solicitud de matrícula de ciudadanía en el expediente número de orden 10.052, donde declara haber nacido en Tacuarembó, Uruguay, el día 11 de diciembre de 1887, ser soltero, artista, domiciliado en la calle Rodríguez Peña 451 de la capital argentina. En los datos filiatorios, declara como padre a Carlos, de nacionalidad uruguaya, fallecido, y como madre a María, de la misma nacionalidad, también fallecida. En el lugar reservado a los “justificativos presentados”, no consta la presentación de ningún documento previo. Incluye, el nombre y la firma de dos testigos fidedignos, Razzano y un policía residente en Buenos Aires, Juan Laguisquet, ambos uruguayos.
Es necesario puntualizar, que en toda la documentación que Gardel usó durante su vida, en ninguno de ellos aparece su supuesta madre Bertha Gardes, transformada en heredera por el testamento ológrafo, francesa y viva en 1920, pues recién dejó de existir en 1943.

EFECTOS DE LA INSCRIPCIÓN DEFINITIVA.

Las conclusiones que se imponen son las siguientes:

A) Esta presentación personal en el Consulado Uruguayo, integra la categoría de casos de auto inscripción, posibilitada por el artículo 86 del decreto reglamentario de 1917, para ciudadanos uruguayos en el extranjero totalmente indocumentados.

B) Cumplió con todas las formalidades requeridas por la normativa especial de regulación de la organización consular y el Agente Consular actuó dentro de los límites de las atribuciones que tenía, para recibir este tipo excepcional de inscripción de ciudadanos.

C) El contenido del acta, fue expresado libremente por el declarante y corroborado por los testigos “fidedignos” nacionales, personas de conocimiento de aquel.

En consecuencia, el documento fue expedido por autoridad competente, dentro de los límites de sus atribuciones, según las formas requeridas por la ley y como tal es un documento válido, eficaz, de credibilidad obligatoria y con todos los efectos de constituir un aprueba supletoria de estado civil, que la valida como tal.
Esta acta de inscripción tiene el valor de registro de nacionalidad, supletoria de los registros de Estado Civil.
Es el documento de prueba supletoria de la inscripción en el registro del Estado Civil, en el Libro Nacimientos, cuando nace un ser humano.
Constituye el documento de identidad que suple a la partida de nacimiento.
Por otra parte nunca fue controvertido ni discutido en vida de su titular, circunstancia que avala su vigencia.

LA CIUDADANÍA LEGAL ARGENTINA

Con los certificados de la inscripción expedidos por el Agente Consular Uruguayo, Carlos Gardel, pasó posteriormente por el tamiz de innumerables trámites que le permitieron obtener otros documentos en los cuales se ratifica el contenido de la declaración en el acta de inscripción de la matrícula en el Consulado Uruguayo de Buenos Aires.
A los pocos días, obtiene el 4 de noviembre la Cédula de identidad argentina No. 383.017, donde consta también su nacimiento en Tacuarembó.
Posteriormente, solicita el día 7 de marzo de 1923 la Carta de Ciudadanía argentina. A tales efectos acompaña el testimonio de dos testigos y dos constancias, la de su nacimiento, el certificado del Agente Consular uruguayo y un certificado de buena conducta No.218.125 expedido por la Policía de la Capital Federal de fecha 15 de febrero de 1923, otorgado por el Jefe de Investigaciones Eduardo de Santiago.

El haber optado por la Ciudadanía Legal Argentina, implicó una decisión voluntaria, expresión de libre elección, acto volitivo y de conciencia. Fue un reconocimiento a su patria artística, el cual nadie puede desconocer.
Por supuesto, tal calidad le impuso un compromiso solemne de cumplir con el régimen legal de su nueva patria.
Esta ciudadanía Argentina, lograda en base al certificado del Registro de Nacionalidad Uruguaya, sirvió para obtener otros documentos personales, la libreta de enrolamiento del 21 de junio de 1927, la carta aval de París el 16 de marzo de 1931, el pasaporte de Niza del 13 de diciembre de 1932 y la cédula de identidad expedida en San José de Puerto Rico el 20 de abril de 1935.
En forma coherente, declaró en todos ellos su nacimiento en Tacuarembó, Uruguay.
Dr. Carlos Arezo Posada

Pte. Fundación Carlos Gardel

Fuente: http://www.geomundos.com